El logro del aprendizaje está condicionado no sólo por factores de orden intelectual, sino que requiere como condición básica y necesaria una disposición o voluntad para aprender, sin la cual todo tipo de ayuda pedagógica estará condenada al no logro de las metas. Por ello, es necesario señalara, que los procesos motivacionales se relacionan e influyen en la forma de pensar del estudiante; de allí que, las metas que establece, el esfuerzo y persistencia que manifiesta, las estrategias que emplea, están asociadas al aprendizaje.

“Querer aprender y saber pensar son las condiciones personales básicas que permiten la adquisición de nuevos conocimientos y la aplicación de lo aprendido de forma efectiva cuando se necesita.”

Alonso Tapia ( Citado en Diaz, 2008. P 65)

De lo anterior se infiere, la necesidad de tomar conciencia del hecho de que, motivar a los estudiantes es una de las labores que los educadores requieren desarrollar en cada uno de sus encuentros en el aula a través del aprendizaje cooperativo, de manera que, el docente juega un papel clave en el que los estudiantes se encuentren motivados, para aprender basado en la construcción y el significado de los contenidos, puesto que la motivación no es solo una actitud que depende de la voluntad de ellos.  De acuerdo con Díaz (2008)

Desde diferentes perspectivas pedagógicas, al docente se le han asignado diversos roles: el de transmisor de conocimientos, el de animador, el de supervisor o guía del proceso de aprendizaje, e incluso el de investigador educativo…la función del docente no puede reducirse a la de simple trasmisor de información ni a la de facilitador del aprendizaje,  en el sentido de concretarse tan solo a arreglar un ambiente educativo enriquecido, esperando que los estudiantes por sí solos manifiesten una actividad autoestructurante y constructiva. Antes bien, el docente se constituye en un organizador y mediador en el encuentro del alumno con el conocimiento. (p.3) 

 El papel de los docentes, es hoy día más exigente en cuanto al rol que debe desempeñar en el aula, pues debe asumir la condición de profesor constructivo, reflexivo y socializador, entendido que este es el mediador entre  los estudiantes, la comunidad a través del trabajo grupal y el compartir por medio de dinámicas, para el desarrollo de los contenidos. De tal manera que las tácticas metodológicas derivados de las experiencias en el aula en cuanto a rasgos de los estudiantes, estrategias de enseñanza y evaluación de los aprendizajes entre otros, constituyen el centro de la práctica pedagógica del docente basado en la en el aprendizaje cooperativo; más aún cuando trabaja  en acciones grupales donde a través de la interacción se fortalecen los aprendizajes, donde además es imprescindible fomentar el desarrollo de procesos cognitivos básicos para la construcción del conocimiento.

Por ende, aunque es difícil establecer cuáles son las tácticas metodológicas que el docente debe desarrollar, ello depende de la opción teórica que se tome. Desde la perspectiva humanista y siguiendo a  Díaz  (2008) el docente debe prepararse en las siguientes áreas: 

Desde el punto de vista  técnico en el  conocimiento teórico sobre el campo de estudio a impartir; esto es, el manejo de la materia que se ha de enseñar; conocimientos sobre estrategias de enseñanza que faciliten el aprendizaje del alumno  y lo hagan motivante, las cuales constituyen los “procedimientos que el agente  de enseñanza utiliza en forma reflexiva y flexible para promover el logro de aprendizajes significativos  en los estudiantes” (p.141). Es allí, donde se evidencia la relevancia de las estrategias basadas en el aprendizaje cooperativo. En la formación de un docente se requiere habilitarlo en el manejo de una serie de estrategias adaptables a las diferencias de los estudiantes y al contexto del aula para desarrollar el potencial de aprendizaje cooperativo del estudiante.

En cuanto al manejo del trabajo en  grupo, el docente, debe reunir habilidades expresivas; relacionadas con la capacidad de expresar las ideas, pensamientos,  y sentimientos, a través del lenguaje. Este debe ser claro, preciso y sin problemas de dicción. Debe tener un determinado tono emocional, pero no excesivo. Habilidades de atención, es decir, saber distribuir la atención adecuadamente entre varias acciones y ser capaz de concentrarse en el tema que está dando: Concentra y distribuye; habilidad de movilización consiste en movilizar la atención de los estudiantes, mantenerlos atentos durante las clases, y motivarlos hacia la materia en estudio a través de la resolución de problemas con el aporte individual para el logro de una solución con la unificación de ideas.

Las soluciones que el docente puede dar a la problemática que enfrenta en la institución escolar, y en su aula dependerán de la propia construcción que haga de situaciones, donde suelen imperar la incertidumbre, la singularidad y el conflicto de valores

Esto indica que no basta con la preparación teórica sobre métodos o estrategias de enseñanza, el profesor como mediador entre el estudiante y el aprendizaje, tiene que, saber percibir las necesidades en el interactuar diario, y con mayor énfasis en el aspecto motivacional a través del aprendizaje cooperativo.

Ahora bien, los factores que determinan el aprendizaje cooperativo en el aula, se dan a través de la interacción entre los estudiantes  y la comunidad. Los docentes, deben promover la interacción a través del trabajo grupal y el compartir desde el  inicio de la clase, durante ella, y al final, con la realimentación respectiva, de manera que ese enlace que se forma, produzca los resultados esperados, o que permita corregirlos, cuando no son satisfactorios. Lo expuesto, reafirma que el papel del docente, no se limita a un mero transmisor de información, sino que va más allá; pues sirve de puente que une los intereses y requerimientos cognoscitivos de los estudiantes a través del compartir y la interacción grupal para el logro el logro de las metas académicas basada en la cooperación grupal del aprendizaje.

Por otra parte, el docente debe propiciar, la construcción de contenidos actitudinales, de acuerdo con la concepción curricular venezolana, debe fomentar valores y actitudes en los estudiantes, relacionadas con el entorno en el que convive, estimulando el pensamiento crítico, y el arraigo hacia su propia cultura a través de acciones grupales y dinámicas que fortalezcan el aprendizaje hacia su significado en el contexto. El docente, debe promover acciones grupales a través de dinámicas para inculcar en la formación integral en el grupo valores como: Respeto, tolerancia, estima, cumplimiento de obligaciones, sensibilidad social, entre otros.

La adopción de alguna estrategia para el aprendizaje cooperativo, permite al docente incentivar la motivación de los estudiantes, depende de ciertas condiciones como: Edad, el contenido o temática de la clase, el entorno escolar, y el contexto socio cultural donde se encuentran.  

 

Estrategias Pre y Post Instruccionales

Cuando se trabaja en situaciones escolares, algunas de las estrategias del aprendizaje cooperativo que el docente puede aplicar a niños y niñas de educación primaria, con la intención de facilitar el aprendizaje significativo de los estudiantes promoviendo las tácticas metodológicas al inicio de la clase son las llamadas estrategias preinstruccionales, que preparan y alertan al estudiante en relación a qué y cómo van a aprender, entre estas están los objetivos: son enunciados  que establecen condiciones, tipo de actividad y forma de aprendizaje de los estudiantes y los organizadores  previos, que  constituyen la  información introductoria y tienden un puente cognitivo entre la información nueva y la previa a través de la interacción de ideas entre los estudiantes.

De acuerdo con la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (2008): “Los primeros minutos de una clase o de cualquier experiencia educativa determina en gran parte el resultado de la misma, ..” (p.31). 

Primero, se ha de verificar la relación  afectiva, es decir, de aceptación y rechazo que el profesor establezca y las necesidades y valores de los estudiantes a fin de lograr un aprendizaje verdadero. En relación al campo de la comunicación, ésta se realiza cuando el estudiante está preparado para ella, la comunicación es posible, cuando los que se comunican tienen propósitos, premisas y experiencias similares, por lo que hay que activar el interés del estudiante en el contenido del tema o la tarea a realizar:

El campo experiencial del estudiante, se puede lograr a través de la descripción de una situación real o hipotética, la presentación de un problema que tenga sentido para los estudiantes, la mención de hecho o de actualidad o de conocimiento general, presentando materiales audiovisuales, láminas, modelos, con ambientación del aula, promoción de juegos, lectura de cuentos, entre otros; que conlleven dinámicas grupales  como táctica metodológica para influir positivamente en el rendimiento del estudiante. Así mismo la actitud o comportamiento del docente, debe ser positiva, tanto para los estudiantes como para la asignatura, de tal forma que la percepción de los estudiantes esté orientada  hacia  un ambiente  socio  afectivo que los estimule al aprendizaje cooperativo.

Finalmente, las estrategias post instruccionales, se presentan después del contenido que se ha de desarrollar, para permitir al alumno formar una visión sintética, e integradora; además permiten valorar su propio aprendizaje. En esta fase, el docente motiva a los estudiantes haciéndolos participar de la determinación de las formas de evaluación y de valoración, dentro de un ambiente de mancomunidad, y flexibilidad.

REFERENCIAS

  • Díaz, B. (2008). Enseñanza y Aprendizaje Cooperativo. Buenos Aires: Editorial McGraw Hill.
  •  Ley Orgánica de Educación (2009). Gaceta Oficial del 15 de agosto del 2009. Caracas. Venezuela
  •  Méndez, J (2009). Guía Holopraxica. Universidad Católica del Táchira
  •  Universidad Pedagógica Experimental Libertador (2010). Métodos para la Elaboración de Trabajos de Grado. Ediciones UPEL. Caracas-Venezuela.

 

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