Dra. Adaisis Valdez

La investigación, se concibe como un proceso sistemático, controlado y crítico desde donde es posible descubrir nuevos hechos y relaciones, en el área de conocimiento abordado. Con frecuencia, se confunde la variedad de enfoques y estilos de investigación en ciencias sociales con falta de rigurosidad científica, tal vez debido a la diversidad disciplinas incluidas, desde la economía y la sociología hasta la psicología social; desde análisis macrosociales y culturales hasta la investigación del microcosmos.

Investigar implica hurgar en el fondo del por qué, cómo y para qué de un hecho determinado; desde el paradigma de la transcomplejidad, implica develar en el medio de estas interrogantes, las interrelaciones entre las dimensiones ontológicas, epistemológicas, axiológicas y metodológicas configurándose como un proceso sistémico, hologramático y recursivo. En palabras de Morin (1997) “una disciplina no es más que una categoría que tiene sólo una función dentro del seno del conocimiento científico”; en este sentido, la disciplina tiene un área y alcance limitado llegando a alcanzar autonomía en las teorías y técnicas que utiliza en sus investigaciones; sin embargo, ninguna disciplina por muy especializada que parezca en su metodología y alcance puede abarcar todos los problemas referentes a su propia naturaleza

Cada área disciplinaria es una unidad con sus teorías, y estilos de desarrollar la investigación y validarla. En este sentido, la investigación enfocada en la transcomplejidad, brinda el soporte para que el investigador defina su propio margen de acción que es más amplio en la medida que reflexione críticamente sobre  las teorías, metodologías e interrelaciones existentes.

La investigación en el marco de la transcomplejidad, asume a la complementariedad, como una nueva tendencia, fundamentada en la aplicación de metodologías transdisciplinarias, que permiten comprender la realidad  y visualizar nuevas posibles soluciones a las situaciones presentadas. De tal forma que quienes participan en este proceso pueden intercambiar visiones y posiciones fundadas en su base disciplinar colaborando así con el entramado inter y transdisciplinario donde se gesta la producción de soluciones y alternativas desde la cosmovisión del todo que se sustenta en la dialógica de las partes, conformando  nuevas formas de interpretación de la realidad

Esto  reafirma lo expuesto por  Shavino (2010), cuando señala  que la complementariedad en el enfoque integrador transcomplejo, hace referencia a una nueva concepción de racionalidad científica, que conduce a la superación de las  paradojas y las aporías, y resalta el carácter complementario y transdisciplinario que enmarcan y constituyen el contexto ontológico en el que se desempeña la labor de investigar.

Así, existe una coexistencia de lógicas contrarias que son necesarias para existir, y  una multidiversidad que refiere a la interrelación entre las disciplinas y entre el componente humano bajo un enfoque integral con un trabajo en común y sinérgico de sus miembros, inspirado en la pluralidad de saberes propiciando respuestas contextualizadas a las realidades particulares donde confluyen redes y

círculos comunicacionales en una praxis investigativa activa, cooperativa e interrelacionada que rompe con las concepciones estructuradas.

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Todo ello implica visualizar la realidad, con múltiples referentes desde donde es posible la reconstrucción de los paradigmas de investigación, a los fines de responder a una nueva visión investigativa con nuevas concepciones del hombre y el mundo. Desde esta perspectiva, los resultados de dichas investigaciones solo son posibles contemplando la complementariedad de posturas e ideas, así como de ideas y de la forma de cómo realizarlas, es decir, del método empleado.

Complementariedad expositiva como vía de difusión de la Investigación

Al realizar una investigación, es preciso gestionar de forma pertinente y oportuna la comunicación y divulgación de las reflexiones disciplinares, los avances y los hallazgos científicos, como parte esencial de las actividades académicas e investigativas. Sánchez, A (2012),  asevera que  “publicar no es un fin en sí mismo, sino una valiosa estrategia para la construcción discursiva del conocimiento mediante la escritura y la difusión de resultados investigativos y/o reflexiones disciplinares importantes para la sociedad y las comunidades científicas”.

Publicar, entonces es el acto visible de otros dos procesos que ocurren a la par: investigar y escribir. Siendo un elemento de gran valía en el ámbito académico,  por su acción en la transferencia del conocimiento,  bien vale la pena, analizar la manera de  asumir la complementariedad en este proceso de  difusión, entendido desde las acciones de los diversos medios para su presentación al mundo con el fin último de allanar el terreno para la aparición de nuevos temas donde expandir la investigación

De esta manera,  la consideración de diversos métodos, metodologías y  vías de difusión de la investigación, puede acrecentar el alcance que la misma   logre dentro de la comunidad académica y por tanto la sociedad. En este sentido,  se  asume que las publicaciones sean vía física o digital,  a través de ensayos, artículos, blogs o conferencias no han de ser excluyentes y por tanto pueden ocurrir de forma natural y compleja

Los hechos de las acciones investigativas, pueden presentarse al  referenciar el proceso y/o  métodos que lo acompañan conformando un tesoro abierto a todos aquellos interesados en el tema explorado, que debe compartirse.  (Sánchez, 2012) señala que Investigar, escribir y publicar forman una triada inherente al desarrollo intelectual y al avance académico-investigativo

Finalmente el  conocimiento,  es del dominio universal, en tanto que su desarrollo y resultados tienen el poder de impactar  más allá de los espacios donde se genera, aprovechando la existencia de redes de comunicación e información que señalan la socialización de las investigaciones  con la participación activa de los investigadores en las redes de precisiones discursivas y el compartir de los aprendizajes y experiencias  nutritivas y enriquecedoras para todos.

Referencias

Morin, E, (2003), Introducción al Pensamiento Complejo, Barcelona, Editorial Gedisa

Sánchez, A (2012). LingüÍstica y literatura ISSN 0120-5587 N.º 62, 2012, 105 121 pág.112

Schavino y Villegas (2010). De la Teoria a la Praxis en el Enfoque Integrador Transcomplejo. Disponible en: http://www.adeepra.org.ar/congresos/Congreso%20IBEROAMERICANO/EIC/R0721_Schavino.pdf

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